En «Viral», los habitantes de una pequeña ciudad son afectados por una extraña infección: un bicho los convierte en caníbales. Si quieren ver una película donde no se justifica nunca nada de lo que hacen o por qué lo hacen, pueden disfrutarla.
Emma (Sofi a Black-D’Elia) y su hermana Stacey (Analeigh Tipton) acaban de mudarse con su familia (sólo vemos al padre, interpretado por Michael Kelly) a una pequeña ciudad, con diferentes capacidades para relacionarse con su nuevo entorno.
Una misteriosa enfermedad que comienza como gripe y genera un extraño comportamiento. Cuando la ciudad queda en cuarentena, las jóvenes no le prestan mayor importancia al problema, hasta que encuentran nuevas víctimas dentro del barrio.
Sin embargo, la infección no es como cualquiera: Cuando un gusano entra por los ojos (el contagio suele producirse cuando un enfermo escupe sangre a la cara de alguien sano) al cuerpo, la persona cambia su comportamiento y se transforma en una especie de zombie (aunque vivo) caníbal que ataca a los que no están infectados.
Será entonces una carrera de vida o muerte para evitar ser alcanzado por los enfermos.
En una mezcla de película de catástrofe y de terror un tanto fantasiosa casi clase B de cine, “Viral” es una propuesta que podría catalogarse como simpática en la primera mitad a pesar de ser bastante chata, pero lo peor sucede cuando debe aparecer la acción pues es escasa en esa ensalada que nunca termina de decidirse entre ser completamente ciencia ficción o terror, en una mezcla que ni siquiera parece intencional.
Si quieren ver gusanos que crecen como ramas por el cuerpo y atacan a través de sus huéspedes gente y se reúnen como si se tratara de un ejército de organismos unicelulares, sin justificar nunca nada de lo que hacen, por qué lo hacen o hacia donde se dirige de alguna forma la sucesión de escenas, pueden disfrutarla.