Aunque Swamp Thing 34 (marzo de 1985) a cargo de Moore, Bissette y Totleben no esta en boca de todos los fans del comic, esta historia, es mucho más adulta que cualquier historia que se haya presentado hasta este momento.
Abby está de vuelta en el pantano y en forma incomoda le pregunta si él piensa que sería inapropiado para ella comenzar un romance con alguien nuevo, tan pronto después de que Matt haya entrado en coma.
Swamp Thing responde que tiene derecho al amor y la felicidad en su vida, y la alienta a decirle a la persona que le interesa. Abby le explica tímidamente que eso es lo que está haciendo. Se siente muy insegura sobre todo el asunto, pero se emociona cuando Swamp Thing le cuenta que él comparte sus sentimientos.
No pasa mucho tiempo antes de que terminen discutiendo sobre sexo. Con Swamp Thing no siendo humano, Abby no cree que esto sea posible entre ellos. Swamp Thing se aleja discretamente y elimina uno de los tubérculos que cultiva. Lo lava y luego se lo entrega a Abby para que lo coma. Ella lo hace, pensando que es una especie de unión simbólica, pero luego descubre las propiedades alucinantes de sus tubérculos.
Luego, sucede la tan recordada secuencia imposible de describir, una interacción físico/espiritual/superior, que es inexplicable, pero está tan bien escrito y tan bien ilustrado, que uno no puede terminar de leerlo sin pensar en cuán pálido y vacío es el sexo humano en comparación con lo que están experimentando.
Como siempre Moore, nos hace pensar.