Reseña de We stand on guard, de Brian K. Vaughan y Steve Skroce. La épica y la desolación de la guerra

Brian K. Vaughan es un guionista que no ha dejado indiferente a nadie con sus Saga o Paper Girls y que nos trae este We stand on guard desde la editorial Image, la tercera de Estados Unidos y que apuesta por historias mainstream con un fuerte sello autoral.

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Reseña de Paperl Girls, de Brian K. Vaughan.

A lo largo de seis números, We stand on guard nos sitúa cien años en el futuro, con un Canadá invadido de forma implacable por los Estados Unidos a raíz de un ataque terrorista a la Casa Blanca. Amber, la protagonista de la historia, escapa de la ocupación en las tierras del Norte de Canadá cuando encuentra a un grupo de insurgencia denominado Pack 24. A su vez, Amber recuerda su periplo desde la pérdida de sus padres durante el primer bombardeo estadounidense.

En esencia, el cómic pertenece al género en bélico en toda su pureza. Tiene mucha acción y muestra el combate con violencia descarnada. También veremos muchas de las despreciables prácticas de represión e interrogatorio que los vencedores realizan a los vencidos. Vaughan no pretende buscar el origen del enfrentamiento. Ni siquiera profundizar en la situación geopolítica del siglo XXII. El escritor coloca las piezas de forma muy creíble para centrar su mirada en la rivalidad latente entre dos países vecinos, Estados Unidos y Canadá, pero que no os engañe. Esta no es una historia sobre el conflicto en sí, si no en lo que la guerra hace a los que la sufren.

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Prueba de ello es que los límites de los personajes son muy difusos. Estados Unidos está representada por “la americana”, una sosias de Condelezza Rice, secretaria de Defensa durante la invasión de Irak, un conflicto del que bebe mucho este We Stand on Guard. Es cierto que la antagonista deja innumerables gotas de su crueldad, pero también tiene unos motivos comprensibles para actuar como lo hace.

Por otro lado, la insurgencia canadiense está definida en la delgada línea que puede separar a los héroes de los terroristas. Luchan por su patria, sí, pero también ejecutan a soldados desarmados a sangre fría. La camaradería y el profundo fervor patriótico contrastan con la crueldad durante la batalla. No hay buenos ni malos. Así es la guerra.

En cuanto a la protagonista, es el personaje más desconcertante. Es joven y parece ingenua en un principio, pero todo lo que ha sufrido le ha convertido en una extremista sin nada sólido a lo que agarrarse. No le importa vivir, solo la venganza. Es un personaje incómodo que refleja lo irracional de la guerra.

Y aunque hemos hablado mucho de Vaughan, We stand on guard es un cómic que no se puede entender sin su dibujante Steve Skroce. Guionista durante los años noventa de Spiderman o Lobezno, Skroce ha diseñado los storyboards de todas las obras de los Wachowski. Sí, hablo de Matrix, V de Vendetta o Sense8. El dibujante, reclutado de nuevo para la causa comiquera con esta miniserie, tiene un estilo espectacular, detallista tanto en las escenas pausadas como en las impresionantes splash-pages dibujadas para sorprender. La guerra es cruel, pero también épica de la mano de Skroce.

Además, hay que mencionar la participación de Matt Hollingsworth como colorista de la miniserie. We Stand on guard tiene un interesante contraste entre los tonos fríos del paisaje canadiense con el fuego de las explosiones estadounidenses. Todo esto hace que el tomo tenga más peso por su apartado visual que por su interesante carga argumental.

En definitiva, We stand on guard es un tomo muy recomendable por varios motivos. En primer lugar, por el interesante punto de vista de Vaughan sobre la guerra y por su habilidad a la hora de describir los claroscuros de los personajes. En segundo lugar, por el excepcional dibujo de Skroce y el color de Hollingsworth. En tercer lugar, por la habilidad de Planeta Comics para añadir al tomo un análisis bastante exhaustivo de cada uno de los números que anima mucho a la relectura.

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Dentro de 100 años, una heróica banda de civiles canadienses deben defender sus hogares después de que los Estados Unidos los invadan. Una batalla superdetallada entre fantásticos luchadores por la libertad y unos robots condenadamente gigantes.

Datos Extras:
El dibujante es STEVE SKROCE, autor estrella en los años 90 de Spiderman. Tan bueno en su nivel de detalle y narrativa que dejó el mundo del cómic porque Hollywood llamó a su puerta. Se encargó, de entre otros storyboards, de la trilogía Matrix. Ha vuelto al mundo del cómic sólo para colaborar con Vaughan y sólo para esta miniserie.

Fuente: Las cosas que nos hacen Felices