Benjamin Cavell y Taylor Elmore, productores de la serie The Stand, cuentan detalles de esta esperada producción basada en el libro de Stephen King. Se refirieron al nuevo final que el autor aportó para la ficción. Se estrena en enero en la plataforma StarzPlay.
Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. Benjamin Cavell y Taylor Elmore, productores de la serie The Stand (adaptación del libro de Stephen King que podrá verse por StarzPlay a partir del 3 de enero) están sorprendidos con el timing del estreno y prefieren no detenerse a pensar si las semejanzas entre la trama y la realidad condicionarán a los televidentes a la hora de ver la serie.
The Stand se desarrolla en un contexto pandémico, luego de que un virus mortal elimina a gran parte de la población mundial. “Es la visión apocalíptica de Stephen King de un mundo diezmado por la plaga y envuelto en una lucha elemental entre el bien y el mal”, adelanta la sinopsis oficial.
“Nos preocupaba un poco que el show se estrenara en este contexto. Los últimos detalles de la serie los cerramos durante el desarrollo de la pandemia real. Pero lo que hicimos fue enfocamos en el libro. The Stand trata sobre una pandemia al comienzo, pero luego es más sobre quiénes somos al desatarse esta pandemia. La segunda parte de la historia es la que nos interesa más. La pandemia de la que hablamos en la serie es literalmente un arma viral que el gobierno desarrolló versus un virus que ocurrió de manera natural. Creo que esa distinción, al menos, nos distancia de la realidad que estamos enfrentando”, precisa Elmore.
Aunque las palabras “pandemia” y “virus moral” nos llevan a hacer un link inmediato con la propagación real del coronavirus, Ben y Taylor coinciden en que es una analogía superficial, porque el corazón de la serie reside en un contenido más profundo y filosófico. “¿Cuáles son las estructuras de la civilización? ¿Qué hace humana a una sociedad? ¿Qué le debe la sociedad al individuo y el individuo a la sociedad? ¿Qué nos debemos entre nosotros? ¿Qué pasaría si apretaras el botón reset a la humanidad? ¿La reconstruirías de la misma manera? Estas preguntas son centrales para el libro y es lo que nos interesaba plantear y contar”, apunta Cavell.
Adaptar The Stand para la televisión llevó casi tres años de trabajo. Antes de comenzar a filmar, los guionistas debieron modernizar la historia publicada originalmente en 1978 para hacer que “se sienta lo más real y auténtica en 2020”.
“Desde un comienzo, para nosotros fue muy importante que la serie estuviera conectada con la realidad actual de todas las maneras posibles. Tecnológica y socialmente, debimos imaginarnos cuáles serían las implicancias y de cuán diferente manera la pandemia podía afectar a la sociedad en 2020, comparado con lo que hubiera sido en 1978. No sólo nos enfocamos en el colapso de las comunicaciones, la caída de los servicios sociales y demás, sino que también analizamos qué pensarían las personas en 2020. Prestamos atención a todos esos pequeños detalles que le aportan textura de realidad moderna a la historia y te hacen sentir que estás inmerso en esa realidad”, relata Cavell.
Un nuevo final y la bendición del autor
Stephen King no sólo le dio el “visto bueno” a la ficción, sino que además se involucró activamente en ella escribiendo un nuevo final para la historia. “Cuando vio los primeros borradores, se entusiasmó y nos dijo: ‘Ustedes claramente conocen la serie que están haciendo, sigan adelante’, y así fue. Incluso nos confió el final que había pensado hace 30 años y que no pudo publicar. Eso nos envalentonó aún más. Saber que teníamos ese nivel de confianza de su parte fue como decir… ‘¿Qué más necesitamos?’”, cuenta Cavell, quien además develó que el hijo de King, Owen, también se involucró y ayudó a escribir algunos episodios.
“Abordamos este proyecto con la idea de hacerle honor a esta obra maestra y tenerlo a él (Owen) involucrado en el show, sabiendo que estaba leyendo cada avance y dándoles el visto bueno a los directores y a los actores, nos dio mucha confianza. Sabíamos que si nos apartábamos de la idea original, Owen nos iba a traer de regreso. Pero honestamente no lo tuvo que hacer ni una sola vez”, explica Cavell.
Aunque el nuevo final es un misterio, los productores adelantan que su génesis radica en el personaje de Frannie Goldsmith. “Obviamente ella es una de las principales heroínas de la novela, y King siempre sintió que había una pieza de esta historia que había quedado sin terminar”, anuncia Cavell.
La esencia está intacta
Una crítica recurrente a las adaptaciones de libros para la pantalla es que en el cambio de formato se omiten varios detalles. En el caso de The Stand (obra de más de 1.500 páginas), esta es una preocupación genuina, pero Elmore asegura: “En esencia, el libro está intacto”.
“La manera en la que escribe Stephen King es muy interna, hay mucha descripción de los pensamientos de los personajes. Si separas la acción real de lo que pasa en las mentes de los personajes, te das cuenta de que es mucho, pero no es tan abrumador como pareciera cuando ves el libro. El desafío real fue que todos esos subtextos se reflejen en el rostro de los actores en fracciones de segundos, pero tuvimos los actores adecuados para la tarea”, agrega Elmore.
“Es importante que la gente sepa que si en algún momento nos desviamos del libro, es porque decidimos que así sea. Puede gustarles, no gustarles, pero no pueden decir que no fue una decisión pensada. Invertimos mucho tiempo en analizar cada detalle. Cada vez que cambiamos o incluimos algo que no estaba, lo hicimos porque hay una decisión creativa detrás de ello”, precisa Cavell. Y cierra: “Sabemos lo que significa el libro para la gente y para nosotros. Todos los involucrados en este proyecto sentimos el peso de esa responsabilidad. Pero aquí hay mucho talento ensamblado, mucha gente comprometida para hacer de este trabajo el mejor”.