by tatoUn hombre que coloca a la Dragonlance, Star Wars, y DyD como algunas de sus mayores influencias literarias, es uno de lo creadores de mundos más influyentes y carismáticos (a mi parecer) de finales del siglo XX y principios del XXI.
La obra de Chris Metzen la podemos rastrear a través del mundo de los videojuegos. Más concretamente en Blizzard, en la cual entró a trabajar a la tierna edad de 19 años allá por principios de los noventa. Su trabajo se centraba sobre todo en el diseño de personajes, pero poco a poco se fue involucrando más y más en la historia que había detrás de algunos de ellos, y no fue hasta la segunda entrega de la conocidísima franquicia de Warcraft donde su talento explotó y quedó de sobra demostrado cuando dotó de historia y algo de trasfondo al juego con sus palabras, porque sí, después de Warcraft II, Chris quedaría consolidado como creador de historia y guionista dentro de Blizzard. Dando forma y trasfondo a mundos tan conocidos para algunos hoy como Diablo, Warcraft y Starcraft.
Su estilo de dibujo apuesta por las líneas sencillas y una anatomía en sus criaturas muy común en el mundo del cómic y la dragonada más arquetípica.
Una de sus mayores influencias en cuanto al dibujo es Larry Elmore, así como otros artistas conocidos dentro del mundo del tebeo de superhéroes.
Respecto a su escritura: es ágil, rápida, con aires dramáticos casi propios de una obra de teatro. Nunca se hacen pesados ni eternos, al igual que sus trasfondos vivos, coloridos, y no tan genéricos como en otros títulos.
Su aportación, aunque en un principio estaba muy equilibrada en cuanto a bocetos y diseño junto con miles de archivos word con palabrejas de trasfondo, en los últimos años sus aportaciones eran directamente guión y bombardeo de ideas a la hora de plasmar las imágenes.
Hace seis años, Metzen dejó atrás Blizzard, dijo adiós a sus compañeros de armas con los que tanto había sudado y luchado desde hacia más de veinte años. ¿El motivo? que ya no era una labor artística y de creación pura, pues ahora mueven franquicias, grandes emporios que engullen y dejan en nada cualquier intento de innovación por parte de los artistas.
Ahora vive de manera tranquila con su familia. Aunque de vez en cuando sigue teniendo apariciones estelares, y no sería raro, (pues es algo que va contigo a todas partes) que volviera a involucrarse en algún proyecto, pero esta vez, a menor escala, y algo me dice también, donde tenga una mayor libertad a la hora de crear mundos e historias.
Fuente: Pulp!
