Brilló en Indiana Jones y Los Goonies, el racismo lo echó de Hollywood y ahora volvió a lo más alto

Ke Huy Quan tuvo un paso apabullante por el cine en la década del 80, pero después desapareció de la pantalla.

En su profunda teoría de la semiosis social, el sociólogo Eliseo Verón detalló que la circulación del sentido social se da a través de marcas que se impregnan en el discurso. Cuando se hace una búsqueda hacia la nostalgia del cine de aventura de los 80, una de estas, queda en evidencia. No es solo una forma, un detalle, una palabra, un color o un estilo, es una persona.

Cualquiera que vea la figura de Ke Huy Quan cuando era un nene será inmediatamente trasladado a esa década en un segundo. Su carismática forma de actuar lo llevó a destacarse en dos películas clave de ese momento, Indiana Jones y el templo de la perdición y Los Goonies. Incluso más que los demás protagonistas.

El tiempo pasó, Hollywood estampó su velocidad y xenofobia contra él y su vida quedó detrás de las cámaras. Ahora, otra vez, con una magistral participación en el delirante film que mezcla el drama, lo fantástico y la ciencia ficción Everything Everywhere All At Once demostró que no perdió ni un ápice su estela brillosa.
Ke Huy Quan nació el 20 de agosto de 1971 en Saigón (ahora Ho Chi Minh), durante la guerra de Vietnam que acorraló a los Estados Unidos y lo llevó a una histórica derrota. La miseria y la incertidumbre por el futuro obligó a sus padres a escaparse de su país.

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En 1979, la madre y el padre de Ke Huy Quan tomaron una de las decisiones más difíciles de su vida. Abandonaron Vietnam con sus nueve hijos. Primero, la mamá de Ke con tres de sus hermanos se fueron a Malasia. Después, Quan, su padre y el resto de los nenes se subieron a una embarcación para fugarse de Vietnam: lograron llegar a un campo de refugiados de Hong Kong.

En una entrevista con la revista Vulture, Quan describió cómo era el contexto en el que vivía en ese lugar, tras haberse escapado de su país de nacimiento. “No era muy grande. Teníamos una cerca de tela metálica alrededor del edificio y solo había camas improvisadas una al lado de la otra. También, guardias para asegurarse de que no saliéramos”, contó.

Lo humano y lo sentimental fue todo un tema para él, que demuestra todo el tiempo su cariño a quienes quiere: en sus redes sociales lo hace notar de manera permanente. Durante un año, la familia estuvo separada sin conocer el destino de la otra parte. “Sabía que esa no era mi casa y que dejamos un hogar atrás. Sabía que extrañaba a mis hermanos. y a mi mamá”.
En Los Ángeles, al obtener las visas de los Estados Unidos que les dieron a los refugiados, Quan, su padre y sus hermanos pudieron reencontrarse con su madre y los otros nenes. Su vida había dado un giro por completo y estaba por cambiar definitivamente.

Esos primeros años de Ke Huy Quan en los Estados Unidos como un nene refugiado transitaron, dentro de todo, en una normalidad. Ya estaban lejos las esquirlas de la guerra de Vietnam que había finalizado hacía un tiempo.

Un día de 1983, el Barrio Chino de Los Ángeles donde se había asentado junto a su familia estaba convulsionado. El director Steven Spielberg y un grupo de productores hacían un casting para encontrar a un nene asiático para el rol en una película esperada: Indiana Jones y el Templo de la perdición.
La producción de ese film era ambiciosa, ya que Spielberg pretendía repetir el éxito de Indiana Jones y los cazadores del arca perdida en esa precuela, algo no tan común en esa época. Por eso viajaron por Hong Kong, Singapur, Londres y Nueva York para dar con el perfil de actor que encarnara a Short Round, el nene que se transformó en el sidekick de Indiana Jones. No podían encontrar al chico justo.

Es así como organizaron un casting abierto para dar con él en la escuela a la que iban los nenes de la familia Quan. Él no se había anotado en la audición que se hizo en la primaria estatal del Barrio Chino. Fue hasta allí solo para acompañar a uno de sus hermanos.
Mientras era la audición, Ke Huay Quan, de 12 años, fuera de cámara, le soplaba las líneas que tenía que decir a su hermano. En ese momento, el director del casting le preguntó si estaba interesado en hacerlo también. “¿Por qué no?”, pensó Ke. Esa decisión cambió el orden de su vida.

“Al día siguiente recibimos una llamada de la oficina de Steven. Fui allí, entré en la habitación y estaban George Lucas, Harrison Ford y Steven Spielberg. Pasamos toda una tarde juntos. Tres semanas después, estaba en un vuelo a Sri Lanka en una de las aventuras más increíbles de mi vida”, contó a la revista CQ. Spielberg había encontrado lo que buscaba.
No tenía dimensión de lo que estaba a punto de lograr. De hecho, no tenía idea de quiénes eran las personas que tenía a su alrededor. “Nunca en mi imaginación más salvaje pensé que terminaría siendo actor. Pero me enamoré de esa película que cambió mi vida y la de toda mi familia”, aseguró, en otra entrevista que le hizo la revista People.
La sorpresa lo asaltó cuando vio por primera vez Star Wars, Episodio IV: Una nueva esperanza e Indiana Jones y los cazadores del arca perdida después de las semanas de rodaje: en ese momento, se dio cuenta de que George Lucas y Steven Spielberg eran personas muy famosas. “Para mí eran barbudo uno y barbudo dos”, le había contado a Vulture.
El carismático paso que tuvo por la recordada segunda parte de Indiana Jones lo catapultó en 1985 a otro casting de una película relevante para esa década como Los Goonies. El boom de ese film fue tan importante que más de 30 años después replicó mil referencias y todo su espíritu aventurero en otro gran éxito popular como es Stranger Things.

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Qué pasó con Ke Huy Quan tras su éxito en el cine

Con el mundo de Hollywood en sus manos, Ke Huy Quan estaba a punto de empezar a sentir el racismo y la xenofobia de una industria que no le daba lugar a alguien que no fuera blanco. Menos a un chico nacido en Vietnam, el país que doblegó a los Estados Unidos en una guerra.
“Fue muy difícil ser un actor asiático en esa época, mientras iba creciendo”, comentó en un reportaje que le hizo Jimmy Kimmel para su late night show. “¿Creés que es más fácil ahora?”, preguntó el conductor del programa. “No lo sé. Espero que sí. Me gusta la representación asiática que vemos en los últimos años”, comentó.
Es así como hizo pequeños papeles en series como Together We Stand o Head of the Class y en películas medio pelo como Breathing Fire, Passenger: Sugisarishi hibi o Encino Man. Para Quan fue muy complicado darse cuenta que explotar su verdadera vocación era demasiado cuesta arriba.

“No había muchas oportunidades para mí. Era extremadamente difícil para un actor asiático. En Hollywood, muy pocos nenes actores hacen transiciones suaves y exitosas a la actuación adulta. Es muy difícil para muchos, pero creo que es cien veces, mil veces más difícil cuando sos asiático”, manifestó a CQ.

Entonces, se encontró con lo que definió como una encrucijada. ¿Seguía insistiendo por hacer castings que se demoraban meses en aparecer o iba a ir por un camino que al menos no lo alejara tanto de sus deseos más profundos? Eligió la segunda opción.

Quan se alejó de la actuación, se puso a estudiar cine en la Universidad de California y se formó detrás de cámaras. Trabajó principalmente como asistente de dirección, pero en los últimos años desarrolló todo un expertise en las coreografías de peleas. Jackie Chan, el héroe de acción hongkonés, es uno de sus ídolos.

“Tuve mucha suerte de trabajar para cineastas como Corey Yuen y Wong Kar-Wai. Estaba contento en ese momento, pero faltaba algo. No sabía qué era. Supongo que fue porque durante muchos años me mentía a mí mismo diciendo que ya no me gustaba actuar para que se sintiera menos doloroso”, reflexionó en la entrevista con CQ.
Así fue el regreso triunfal de Ke Huy Quan a Hollywood

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El momento en el que a Quan le nació otra vez el deseo de encarnar a un personaje fue luego de haber visto el enorme éxito de taquilla que significó Crazy Rich Asians en 2018. “Recuerdo que fui tres veces al cine a verla. Lloré cada una de ellas. Me conmocionó. Quería estar ahí arriba con ellos. Y esa fue la razón por la que volví a actuar”, le dijo a Jimmy Kimmel.

A las dos semanas de ese momento de iluminación, Quan consiguió un casting para Everything Everywhere All at Once, una película en la que tenía que interpretar a tres versiones del mismo personaje. “Cuando leí el guion, pensé que estaba escrito para mí porque ellos son yo”, sostuvo a People.

Cómo un boomerang de la justicia poética, el rol que devolvió a Ke Huy Quan a lo más alto es el de un hombre asiático que vive inmerso en una vida bastante gris hasta que algo mágico sucede: aparecen los multiversos, las diferentes versiones de una misma persona y los deseos entremezclados se confunden entre sí.
En Everything Everywhere All at Once Ke Huy Quan está teniendo una reivindicación apabullante. No solo por el éxito que está significando la película a nivel crítica y taquilla. También por su performance: la escena en la que deslumbra a cualquier fanático de las peleas, en el comienzo del film, demuestran que su carisma está intacto a pesar de estar ausente delante de cámaras por más de 20 años.

Quan no está solo. Su personaje, Waymond Wang, tiene una misión profunda: ayudar a su esposa, Evelyn Wang, a salvar el mundo. La actriz que la interpreta es otra figura: Michelle Yeoh, la estrella de El tigre y el dragón.

“No creo que hubiera podido interpretar a Waymond si me hubieran dado el papel hace 10 o 15 años. Mirando hacia atrás en mi vida, con todos los altibajos que tuve, llegué a lo más profundo de mí para volcar mi vida entera en estos tres personajes diferentes”, detalló. Vidas, que como marcas, otra vez, empezarán a recircular.