Ahora que acaba de terminar la elección presidencial estadounidense, es buen momento para regresar a un tiempo en el que estuvimos a punto de tener un cómic protagonizado por un presidente de carne y hueso.
En 2006, el guionista Joe Casey tuvo la idea de hacer un título llamado Executive Power, acerca de un personaje que sería el presidente de EE. UU. en el Universo Marvel. Conforme le daba vueltas en su cabeza, más y más se convencía de que el título no debía ser sobre un político ficticio, sino sobre el ganador de las elecciones presidenciales de 2008.
En ese entonces, ni siquiera se sabía quiénes serían los candidatos, pero el escritor le llevó su proyecto a su jefe, el editor ejecutivo Axel Alonso, famoso por ser uno de los editores más progresistas y temerarios de la compañía, y por no acobardarse ante conceptos inusuales o controversiales como este. Casey obtuvo una reacción positiva, así que procedió a imaginar conflictos interesantes para el protagonista de su cómic.
A como Casey se lo imaginaba, este era un proyecto que no podía ser menos que aspiracional para cualquier candidato, fuere quien fuere el ganador.
¿Quién no iba a querer ser el protagonista de un cómic, codeándose con personajes del calibre de Captain America?
Después de todo, la idea era presentar al líder del país más poderoso como un funcionario capaz y honesto.
El escritor visualizaba su cómic llevando las relaciones públicas de la Presidencia a niveles estratosféricos, conectándola con el segmento geek de la población. Este no sería un simple truco publicitario para vender cómics, ¡iba a ser un proyecto sólido, sustancial, significativo!
Pero, al poco tiempo, reasignaron a Alonso y lo pusieron a cargo de los X-Men, con lo que Casey perdió al mayor partidario de su proyecto. Tom Breevort, el editor que se quedó a cargo, no se mostró tan entusiasta como su predecesor, y se puso a señalar una serie de potenciales problemas que suelen suceder cuando se modela a un personaje de cómic basándolo en una persona real y viviente.
El proyecto del cómic presidencial perdió todo su impulso y fue archivado. Lo más cercano que hizo la editorial fue una historieta satírica protagonizada por el cómico Stephen Colbert, quien se había autonominado humorísticamente como candidato a presidente.
Si bien el proyecto de Casey nunca sucedió, podemos imaginarnos cómo pudo ser al hojear Presidential Material, una serie de dos números publicada por IDW en 2008 que presentaba en formato cómic la biografía de los dos candidatos, Barack Obama y John McCain.