Ahora toca que aquí, en Zona Negativa, sea reseñada y analizada en su totalidad (o hasta donde den nuestras manos), cosa que ya algunos compañeros venían haciendo estos meses. Tenemos a Miguel de Andrés hablando de esta guerra civil mes a mes para que los que la sigan a ritmo de Panini estén informados mientras que Nacho Teso y José María Vicente ya han hecho lo propio con las miniseries de Kingpin, Gods of War y X-Men y el repaso a Uncanny Inhumans, las cuales por motivos obvios dejaremos a parte.
Sin más dilación, FIGHT!.
EL CAMINO A LA SEGUNDA GUERRA CIVIL
Marvel nos tiene acostumbrados de hace ya tiempo a que sus eventos no comiencen en su número uno (o cero) sino que al empezar ya arrastran un buen puñado de ejemplares de diversas colecciones que pueden ir desde un par de meses hasta años, como pasó en la última Secret Wars, el caso que aquí nos atañe no es tan exagerado pero sí que hay unos cuantos. ¿Son importantes? Pues en general no mucho, sirven más para ver las relaciones entre algunos de los personajes, sus comportamientos previos y poco más.
Lobezna, Ms. Marvel, la Capitana Marvel o Los Ultimates tienen uno o dos números por cada serie en el que indican el camino, pero como previo al número cero de la colección lo más relevante está en las series de Iron Man y Hulk, que son los que tienen un número algo mayor de cómics bajo el título “Civil War II”, empezamos con el primero. La colección de Invincible Iron Man entra ya en el prólogo a la Civil War II en su número 7 con Brian Michael Bendis al guión desarrollando el arco “Máquinas de Guerra” en el que Stark y Rodes trabajan juntos (hasta Spider-Man les ayudará) para acabar con una amenaza que poco o nada tiene que ver con lo que luego sucederá en el evento, ¿para qué entonces ese rótulo? dejemos de lado las claras intenciones comerciales y digamos que lo que aquí tenemos es la última gran aventura de los dos amigos antes de que Thanos mate a Máquina de Guerra dando el pistoletazo de salida al evento. Algo similar pasa luego con la otra colección de Iron Man escrita por Bendis, International Iron Man, que a pesar de entrar dentro de las colecciones a leer en realidad se va por la tangente buscando los “verdaderos” padres de Tony Stark.
Con respecto a la colección de Amadeus Cho, El Alucinante Hulk se centra en las andanzas de este nuevo y relativamente diferente Hulk, con una actitud mucho más alegre aunque se ve como la ira va aumentando poco a poco. Tiene pinta de que lo que está escribiendo Greg Pak en estas páginas están más encaminadas al siguiente evento “Monsters Unleashed” ya que Cho se dedica a cazar monstruos, pero también muestra lo pasado a Bruce Banner en los ocho meses anteriores (los posteriores a la última Secret War) en los que se le ve “curado” del mal de Hulk e intentando que el monstruo no vuelva a salir, a la vez que se preocupa por Amadeus. Al igual que lo sucedido en la colección de Iron Man, aquí hayamos la relación entre el actual Hulk y la siguiente victima de la Civil War II.
CIVIL WAR II, LA SERIE
Las condiciones en las que Civil War II vio la luz son más que claras. El evento original fue un éxito hace diez años, y Marvel Studios se disponía a estrenar Captain America: Civil War, basada temáticamente en la historia que hiciera Mark Millar. Era un momento propicio para sacar una segunda parte. Sería estúpido no tener en cuenta este contexto temporal, pero es igualmente importante decir algo a este respecto: esto no convierte a Civil War II en algo malo. En los últimos años se ha intensificado una corriente que hace equivalentes a los productos nacidos al amparo de otros sucesos (película de un estudio, secuela de otro evento) como productos inevitablemente malos. Esto no es así, no hay lugar a una relación directa. Sería inútil negar el contexto, pero este no define el resultado final.
El mérito o demérito de su calidad depende de la labor desempeñada por Brian Michael Bendis como guionista y David Márquez como dibujante. Eso es lo que debemos analizar. Ambos son nombres importantes para Marvel Comics, dos autores que no solo se ajustaban a lo que buscaban, sino que ya habían trabajado juntos en Ultimate Spider-Man e Invincible Iron Man. Para la editorial era juntar star-power con buena sintonía en el equipo creativo, dos elementos que parecen como mínimo recomendables para una historia de estas características.
Todo empezó en el Free Comic Book Day 2016, del que os hablamos en su día. Un primer paso de una calidad increíblemente baja cuyo interés aumentó de manera parcial una vez Civil War II echó a andar y se vio que aquellos sucesos eran importantes. A partir de ahí, un número 0 y ocho números tras ampliar en uno los siete iniciales.
Empecemos por lo bueno. Bendis se apuntó en un inicio algunos de los errores que se achacaron a la Civil War original. Puso a los héroes a hacer lo que él mejor sabe: hablar. Intentar lidiar con el conflicto de una manera no violenta. Fue un buen esfuerzo por parte del guionista, intentando atender a la continuidad y buscando que cuando llegaran los puños, se sintieran inevitables. Ganas no parecían faltarle, y durante los primeros números hasta sorprendió con su buen hacer.
Civil War II #3 fue el número de la gran polémica. Clint Barton mataba a Bruce Banner momentos antes de que se transformase en Hulk y acabase con todos los héroes. El hecho en sí no se ajusta a la realidad del arquero como personaje. No es la primera vez que Bendis no comprende a Barton, y no será la última. No lo compensa, pero fuera del hecho en sí, el guionista ofrecía un número sólido, potente y emocional. Manchado por el suceso catalizador, al menos se seguía ofreciendo un mínimo bajo la polémica. Quizá Brian Michael Bendis debería relegar ciertas historias a What if…? en los que diesen igual la continuidad.
Podríamos calificar Civil War II #4 como el último con una calidad aceptable de todo el evento. Llegados al ecuador de la historia, esta fue la última vez que el guionista fue capaz de dar algo bueno. A partir de aquí, se sucedió la acción sin sentido, el estiramiento bochornoso de la historia y un final patético, deus ex machina mediante. David Márquez no dejaba de ofrecer buenas páginas, pero no compensa ni de lejos el mal desarrollo de personajes, momentos que podrían ser icónicos mal llevados y una narrativa sencillamente desastrosa.
Todo lo bueno que se pudiera decir de Civil War II en su primera mitad cae por su propio peso durante la segunda. Lo peor de Brian Michael Bendis se concentra en cuatro números finales en la que todos los vicios que han caracterizado su caída como escritor en los últimos años se acentúan a muchos niveles. Existe un punto bueno, aquel en el que Bendis sí parece poner interés en narrar. Se trata de Ulysses, el personaje detonante de la guerra.
Este inhumano es un personaje de nuevo cuño creado de manera exclusiva para Civil War II. Si nos centramos en el viaje que experimenta y en nada más, Ulysses es de los pocos aspectos positivos que se pueden rescatar. Recorre un camino de muchacho de instituto asustado hasta héroe por accidente. De ahí ve cómo sus acciones pasan de traer el bien a tener consecuencias desastrosas. En su desesperación, sobrecogido por todo lo que ocurre, encuentra sentido en un concepto tan ajeno y superior a él que no puede sino llorar de felicidad al descubrir una salida y un objetivo, por abstracto y confuso que le resulte.
Injusto sería no mencionar esta odisea de Ulysses como injusto sería decir que Civil War II merece la pena por ello. Llegados al final, la manera en que Bendis termina la historia solo se define como decepcionante. No existe una batalla final a la altura, no sirve de nada adelantar eventos que ya conocemos (un tropiezo fruto de los retrasos) y la conclusión, sobre todo la de Tony Stark, no satisface a ningún nivel que no sea el ya mencionado. El deus ex machina del que se sirve supone, además, un error de continuidad con Ultimates, una serie mucho más capaz y certera a la hora de explorar conceptos cósmicos.
Civil War II simplemente no ha merecido la pena. El dibujo de un David Márquez pletórico y solo una mitad de la historia a la altura no pueden salvar el desastre. Tras Age of Ultron, deberíamos haber recordado que Bendis simplemente no vale ya para los grandes eventos. No ha estado a la altura de un libro que por nombre merecía, al menos, ser coherente y disfrutable en su totalidad. De nada sirve las historias a las que da pie y las series que ayude a lanzar.
Civil War II debía tener valor por sí misma, pero se conforma con dejar un vago recuerdo de momentos aceptables en un vasto mar de incoherencias y mala narración. Las condiciones en las que Civil War II vio la luz eran propicias para contar algo grande. Una pena que el equipo creativo no haya estado a la altura.
MINISERIES, CRUCES Y ESPECIALES
Como todo evento que se precie esta segunda guerra civil tiene un conjunto de especiales y series propias pensadas para este momento en exclusivo y como buen análisis que se precie aquí podéis ver nuestra opinión sobre las mismas.
El apartado gráfico cae en manos de Ramón Bachs y Gary Brown mientras que el guión está escrito por Marc Guggenheim y mezclan cuatro elementos: la aventura de Daredevil en busca de justicia, el desfile de declaraciones de superhéroes como testigos, la opinión de la gente de la calle que se manifiesta tanto a favor como en contra y el punto de vista de Ojo de Halcón que le lleva a disparar la flecha, de todo ello resulta una lectura interesante que completa lo visto en la serie Civil War II, aunque no es imprescindible, merece la pena más que muchos de los cruces y hace que el lector se adentre más en esta trágica situación de la que Clint es exonerado en parte por seguir ordenes del propio Bruce Banner y en parte por actuar para la seguridad del país, aunque no todos estén de acuerdo. El debate en términos legales y morales está abierto.
EL CAÍDO, por Greg Pak y Mark Bagley, 1 número: El segundo especial cae en manos de un conocedor del fallecido, de Hulk, como es Greg Pak acompañado de Mark Bagley al dibujo y es bastante más típico empezando con el funeral de Bruce Banner en el que no se ve a un gran número de héroes y sí una buena manifestación en el exterior en contra de lo que Hulk hizo al mundo, o mejor dicho de lo que ellos creen que hizo al mundo ya que su conocimiento se supone bastante limitado.
Lo despiden sus ex-compañeros de Los Defensores, Ben Grimm, Caron Danvers, los Imposibles Vengadores, Tony Stark… y los que nos interesan: la familia, tanto la de la Tierra como la de Sakaar, y Matt Murdock que tiene una aparición mucho más breve que en el anterior especial, al ser el abogado de Bruce es quien se encarga de leer el testamento, bueno lo de leer es relativo ya que aparece el propio Bruce en un holograma que se dedica a repartir regalos entre los que él considera su familia.
En definitiva el cómic es una despedida escrita con el amor que tiene Pak hacia el personaje y donde aprovecha para mostrar qué fue y qué es de muchos de los personajes relacionados con el goliat esmeralda de los que el propio Pak se había olvidado al escribir la colección del Alucinante Hulk que ahora sigue los pasos de Amadeus Cho como nuevo Hulk. Poco más que puro sentimentalismo nos ofrece este especial mucho más prescindible que el anterior ya que el debate inicial sobre Hulk, el bien y el mal se ve bastante vacío, con su muerte el tema está cerrado mientras que lo de Clint es más tangible, más real, además el final parece más enfocado al futuro de Cho por lo que se puede decir que sin leerlo no nos vamos a perder nada que no se explique luego en la colección del nuevo Hulk.
ELIGIENDO BANDO, por Declan Shalvey y varios artistas, números 1 al 5: Como viene siendo habitual desde la primera Civil War, Marvel dedica una serie para mostrar la relación de personajes que no tienen mucho que ver con el evento o que no tienen en estos momentos una colección propia. Esta vez Choosing Sides es una serie limitada de seis números que tiene como factor común a la figura de Nick Furia Jr. con sus espionajes cuya meta no se sabrá hasta el final de la misma, digno hijo de su padre, aunque ya desde las primeras páginas se deja intuir que se trata de algo relacionado con proteger a SHIELD. De esta parte se encarga Declan Shalvey que hace un trabajo bastante decente en guión y dibujo.
Con respecto a los demás es complicado evaluar una serie así en conjunto ya que son autores y personajes muy diversos pero sí que da la impresión de tener una calidad algo superior a otras entregas similares de anteriores eventos. Por ejemplo en ella destacan el entierro de Máquina de Guerra enfocado desde el punto de Ms. América o, en lo que podemos considerar como un previo a su propia serie, una historia de Kate Bishop cuestionándose su posición sobre el asesinato de Bruce Banner a manos de Clint Barton.
También sirve para recuperar a personajes más bien olvidados, algo que se suele hacer en estos eventos, como son los de Control de Daños, Night Thrasher o Power Pack, a la vez que nos da la visión de qué bando escogen personajes secundarios como lo que queda en activo de Alpha Flight ahora ayudando a la Capitana Marvel en su base espacial o Colleen Wing a espera de salir en la nueva serie de Netflix sobre Puño de Hierro.
La unión que da la historia de Nick Furia es lo que la hace más apetecible y, aunque sea totalmente prescindible para el evento, contiene alguna que otra joya, pero no nos engañemos no todo el material que ofrece es bueno y parte de él dista de serlo.
ULYSSES, por Al Ewing y Jefte Palo, números 1 al 3: Civil War II: Ulysses se sitúa entre los números cero y uno del evento. Sirven para explicar su entrenamiento con Karnak para dominar sus poderes. No es algo a primera vista muy interesante, pero el escritor es Al Ewing, motivo por el cual ya merece la pena detenerse a analizar qué aporta esta miniserie. Ewing no lo tiene fácil: el funcionamiento exacto de los poderes de Ulysses es una de las sorpresas de Civil War II, y Brian Bendis no va a dejar que Ewing lo destape antes de tiempo. El guión, por lo tanto, apenas examina esos poderes, no hace nada interesante con ellos. Para compensarlo hace hincapié en las dificultades de Ulysses adaptándose a la escuela de Karnak, la Torre de la Sabiduría, plagada de alumnos variopintos. Esos son sin duda lo mejor del cómic. Curiosamente, Karnak es quien sale peor parado de todos los personajes de la serie, ya que parece por momentos una parodia de la versión de Warren Ellis. La miniserie es desgraciadamente bastante corta, concluyendo justo cuando se vuelve realmente interesante la situación de Ulysses dentro de esa escuela e Ewing empieza a sentirse cómodo escribiendo a Karnak.
Esta miniserie se publicó originalmente en formato Infinite en tiendas digitales. Para quien no lo sepa, los cómics Infinite juegan con la distribución de viñetas, cambiándolas en la misma páginas o superponiendo unas encima de otras. Esa es una característica imposible de replicar en papel, y se nota. En papel la narrativa del cómic se vuelve muy estática y rara; debe leerse en digital sí o sí. El dibujo de Jefte Palo, basado en storyboards de Karl Kesel, es indistinguible de bocetos, dandole un aspecto bastante pobre al cómic. Nada que ver con las portadas de Francesco Francavilla, que prometen un cómic sensacional tanto en guión como dibujo.
THE OATH, por Nick Spencer y Rod Reis, 1 número: Del mismo modo que la primera guerra civil superheroica tuvo un epílogo en el que un alicaído Iron Man se postraba frente al cuerpo del Capitán América tras la muerte de Steve Rogers, en esta ocasión Nick Spencer aplica la misma fórmula pero a la inversa. El juramento aquí presente procede de la serie regular de Rogers, por lo que es importante tenerla al día antes de lanzarse a por este número.
La utilidad de este número, como tantos otros epílogos de eventos, no se queda en dar un último bordado y conclusión a la historia contada. Prepara el terreno para el futuro, para esas series que nacen de lo acontecido y esa gran historia que está por venir. Nos referimos, cómo no, a Secret Empire, del que este The Oath nos presenta un aperitivo. Como veremos más adelante, Nick Spencer logra dar significado a Civil War II bajo un coste, pero visto el resultado final, un coste aceptable. The Oath es un buen número unitario, típico en su estructura y resultado, y un correcto final al conflicto. Que pase el siguiente.
Leído el evento, los dos personajes que más se mojan son Iron Man y la Capitana Marvel, pero ¿cómo se refleja esto en sus series? y ¿qué piensan sus compañeros de los Vengadores?, aquí os dejamos lo que ocurre en las páginas de los diferentes miembros del grupo.
CAPITANA MARVEL, por Christos Gage, Ruth Gage, Kris Anka y Marco Failla, números 6 al 10: Tony Stark no lo tuvo fácil en Civil War. A veces parecía que algunos escritores estaban empeñados en hundir su reputación, y la mayoría de lectores probablemente apoyaba al Capitán América. Los escritores Charles y Daniel Knauf tuvieron que defenderle lo mejor que pudieron en su desgraciadamente infravalorada etapa al frente de Iron Man. Algo similar sucede con Civil War II. Para muchos lectores la postura de la Capitana Marvel en la serie central es cuando menos incoherente, así que al equipo creativo de su serie no lo queda más remedio que defender al personaje sea como sea.
Ruth y Christos Gage hacen un magnífico trabajo justificando las acciones de Carol Danvers en el evento. En primer lugar, nos recuerdan que la Capitana es más competente que lo que muchos otros escritores creen. En un solo número desmontan buena parte de las acusaciones que Iron Man vierte sobre ella en la serie central. Y, más importante aún, muestran los beneficios y costes de usar los poderes de Ulysses sin favorecer a ningún bando. Por increíble que parezca, la actitud de la Capitana Marvel aquí es razonable y está bien argumentada. Puede que hasta cambie la opinión de algún lector. A esa excelente defensa contribuye la parte más personal de la historia, que refleja muy bien lo que supone ser la persona encargada de proteger a la Tierra. El matrimonio Gage consigue hacer creíble la enorme carga sobre los hombros de la Capitana Marvel; consigue que el lector simpatice con ella y comprenda por qué está dispuesta incluso a perder a todos sus amigos.
Obviamente, no todo es perfecto. La historia asume que los lectores saben que está pasando en el evento y en el apartado gráfico Kris Anka solo se encarga de un número, dejando el resto a sustitutos con menos pericia dibujando. Sin embargo, nada de eso oculta el hecho de que Captain Marvel es un tie-in imprescindible para disfrutar del evento. Brian Bendis debería aprender de los Gage.
VENGADORES, por Mark Waid y Adam Kubert, números 13 al 15: Uno pensaría que las series de los Vengadores se verían profundamente involucradas en Civil War II, pero los cruces de la serie de Mark Waid ignoran por completo la serie central. Como otros, el guionista simplemente usa ideas relacionadas con esa y la editorial le añade el letrero de Civil War a la portada. En este caso, el cruce consiste en tres historias unitarias que tratan el mismo tema desde diferentes perspectivas: proteger el futuro.
En la primera historia, la Visión emprende un viaje a través del tiempo para salvar a la Tierra del yugo de Kang, enemigo de esta formación de Vengadores. Ulysses, el inhumano de Civil War II, aparece brevemente, pero solo para discutir con la Visión acerca de las consecuencias de alterar la línea temporal del universo Marvel. Este es un número importante para la colección porque sirve de prólogo al siguiente volumen, algo que cumple aunque sin destacar mucho. Tiene alguna idea interesante, pero es más de transición que otra cosa.
En la segunda historia, la nueva Avispa quiere solucionar con su ingenio todos los conflictos internos entre los superhéroes, tanto presentes como futuros. Waid, acompañado de Jeremy Whitley, guionista de The Unbreakable Wasp, se dedica a presentar a la nueva incorporación de los Vengadores y publicitar la nueva serie de Marvel. Es un número entrañable gracias a la relación entre la protagonista y sus tutores, el añorado Jarvis y la Avispa original, pero nada imprescindible para los lectores.
Ya por último, en la tercera historia, Thor pide consejo a Heimdall para afrontar los desafíos que depara el futuro. Este le cuenta una antigua batalla de los Vengadores de la que poder aprender una valiosa lección. Waid retrocede a un pasado ya lejano para esta historia que, aunque simpática, se siente como relleno mientras prepara su nueva serie de los Vengadores. Si alguien quiere rememorar los buenos viejos tiempos, para eso ya está la muy superior miniserie Avengers .1 del propio Waid y Barry Kitson.
Los tres números los dibuja un Adam Kubert cansado, competente pero sin mucho entusiasmo y poco esmero en los acabados finales. Menos mal que el siguiente volumen lo dibuja un portento lleno de energía como Mike del Mundo, porque estos cómics solo se pueden recomendar a los seguidores fieles de los Vengadores.
NUEVOS VENGADORES, por Al Ewing y Paco Medina, números 12 al 17: He aquí los últimos números de estos nuevos y extraños Vengadores que lejos de desaparecer se transformarán en una nueva cabecera, con muy buena pinta, y no es de extrañar, el trabajo de Al Ewin y Paco Medina ha dado lugar a una de las mejores historias de la presente temporada y el final con la Civil War II es bastante digno.
La aventura de IMA, ahora renombrada a IMV en España, con Roberto Da Costa al frente termina con este largamente esperado enfrentamiento contra SHIELD, o al menos contra una rama de la misma manejada a su gusto por el agente John Garrett con sus propios intereses, como siempre, y acabará desembocando en una lucha encarnizada contra el Hacedor (ese malvado Reed Richards venido del universo Ultimate). La historia es buena, sin duda alguna, pero poco o nada tiene que ver con el evento que irrumpe en estos números mostrándose en la portada y poco más.
Lo más atractivo son los personajes que manejan, la trama algo enrevesada con espías dobles y triples así como la recuperación de algunos villanos. Las ideas son buenas y el desarrollo también por eso casi que se agradece que la incursión del evento sea más publicitario que otra cosa, como mucho se podría asociar con la vertiente del evento que hace referencia a SHIELD.
¿Merece la pena leerlo? Sí, ¿Puedes leerlo pasando de la serie principal del evento? Sí, ¿Te pierdes algo de la Civil War II si no la lees? No.
IMPOSIBLES VENGADORES, por Gerry Duggan y Ryan Stegman, números 13 y 14: Con Gerry Duggan, Ryan Stegman y un enorme Pepe Larraz al frente, las aventuras del llamado equipo unidad entre mutantes y vengadores llega a la Civil War 2 para contar muchas cosas, abrir fuertes heridas y tratar temas que duelen a algunos, en los cómics y en la realidad. Empiezan con un número simple en que Duggan toma a su personaje fetiche, Masacre, para ayudar a Clint Barton a salir de la cárcel por matar a Hulk, cosa que rechaza, dando esa visión confusa de Masacre como héroe.
Luego empieza con algo que tendrá sus repercusiones, algo que viene gestándose de hace un tiempo, el que la nieblas terrígenas están matando a los mutantes y, bajo la opinión de Cable, los Vengadores no hacen nada para ayudarlos. La gente sigue odiando a los mutantes mientras que parece recibir con brazos abiertos a los Inhumanos, vamos, al revés que en el mundo real. Esto hace que el grupo se divida.
Además hay que añadir la interesante idea de que la organización criminal La Mano tome a Hulk para intentar resucitarlo, como evidente amenaza. La proposición que nos hacen estos autores en la colección de Imposibles Vengadores resulta, sin lugar a dudas, más interesante que la de la serie principal del evento.
STEVE ROGERS: CAPITÁN AMÉRICA, por Nick Spencer, Javier Pina y Miguel Angel Sepúlveda, números 4 al 6: Se puede decir con absoluta tranquilidad que Captain America: Steve Rogers es sencillamente lo mejor del evento. No solo a nivel de tie-ins, sino de todo lo que aporta a la historia principal que Brian Michael Bendis intenta narrar. Bajo los habituales niveles de calidad intrínsecos a una de las mejores series de la actualidad, Nick Spencer hila fino para dar significado al evento madre. Lo que consigue es aplicar muchas capas de profundidad para beneficio de la historia y los lectores.
Los acontecimientos de la guerra civil se cruzan con lo que aquí sucede de tal manera que el efecto es, también, contraproducente. Captain America: Steve Rogers hace que Civil War II merezca la pena pagando el precio de convertirla en una antesala a Secret Empire. Esto hace que pierda peso como historia propia, aunque es un sacrificio que, en vistas de lo hecho por Bendis, parece más que admisible. Lo demás lo dejamos a sorpresa del lector, que disfrutará de una buena serie, un buen cruce, un buen guión y un buen dibujo.
SAM WILSON: CAPITÁN AMÉRICA, por Nick Spencer, Angel Unzueta y Daniel Acuña, números 10 al 13: Son varias las historias de este evento que se podrían desarrollar igualmente de forma separada al mismo pero la de Sam Wilson es una de las que se lleva la palma, si eliminamos Civil War II del título no afectaría para nada a la historia y eso que lo que Nick Spencer plantea bien podría tratarse como una nueva guerra civil.
Son muchos, dentro del cómic, los que quieren que el antiguo Halcón abandone el escudo, si ya el racismo era una losa con la que el personaje tenía que cargar, sus acciones ayudando a los más desfavorecidos no gustan a muchos, algo que no se desdice nada con la actual situación social y política del país. La creación de una policía privada de la cual se dice que está dando palizas a ciudadanos de bajo estatus social y las manifestaciones van encaminando poco a poco a Sam a un enfrentamiento que él sabe tendrá unas repercusiones que a nadie le apetecen, pero solo hace falta meter dos cosas en la ecuación para que todo estalle: el ex-nuevo guerrero Rabia y el U.S.Agente, tipos violentos donde los haya.
Una buena guerra civil es la que muestra aquí Spencer con un enorme trabajo de Daniel Acuña donde el Capitán América y el U.S.Agente combaten con sus puños un conflicto real entre defensores de distintas ideologías con diversas posturas entre ellos. El trabajo de Spencer en esta serie es inmenso y aunque como crossover no sirva de mucho no puede dejar de ser recomendada además consigue darle un elenco de secundarios más que dignos.
BRUJA ESCARLATA, por James Robinson y Joelle Jones, número 9: Mercurio quiere reclutar a su hermana a la causa de Iron Man, pero ella tiene otras ideas… James Robinson elabora una larga conversación que empieza abordando el debate sobre la predicción de crímenes y termina exacerbando las diferencias personales entre los Maximoff. Civil War II hace avanzar la serie en vez de detenerla para que encaje como pueda en el conflicto entre superhéroes.
Robinson sintetiza de forma clara la premisa del evento y hace un buen trabajo examinando la larga relación entre la Bruja Escarlata y su hermano. Desgraciadamente, la conclusión de la historia, aunque interesante y con mucho potencial de cara al futuro, no es del todo satisfactoria. Se siente un poco forzada, hay cambios de opinión demasiado raudos. Cierto es que el personaje de Mercurio siempre ha sido fácilmente irascible e impulsivo, pero sus acciones, a medida que pasan las páginas, no son del todo convincentes. El Mercurio de los últimos años jamás trataría con tanta condescendencia a su hermana, al menos no tan rápido. Afortunadamente tampoco es nada que no se pueda solucionar o matizar más adelante.
Por otra parte, Joelle Jones vuelve a demostrar por qué es una autora en alza. Sabe narrar y transmitir emociones a través de los gestos de sus figuras, sabe ser detallista sin abrumar al lector, y su trazo es exquisito. Nos demuestra que la habilidad de hacer interesante una conversación de casi veinte páginas no está al alcance de todos. Rachelle Rosenberg termina de embellecer sus páginas con una sabia elección de colores claros y luminosos.
Gracias a la estructura de la serie, el cruce se puede leer como un número suelto o el siguiente capítulo de un larga historia. Eso es algo que debería ser obligatorio en cualquier evento. Si el guión no flojeara tanto, el cruce de Scarlet With podría contarse entre lo mejor de Civil War II. En general, se trata de un número cumplidor que los lectores de Scarlet Witch pueden leer sin miedo a que la serie haya sido víctima de interferencias editoriales.
PÁJARO BURLÓN, por Chelsea Cain y Kate Niemczyk, números 6 al 8: La de Bobbi Morse es otra de las series que llega a su final con este evento, dedicando los tres últimos números a su cruce con el mismo, solo que tras el último no parece que vaya a haber un relanzamiento.
Eso sí, por mucho que le pongan el título de Civil War II esto tiene muy poco que ver con el evento, de hecho si se quiere ver la participación de Pájaro Burlón en la guerra lo mejor es leer la serie de Agentes de SHIELD, aunque por otra parte el trabajo de Chelsea Cain y Kate Niemczyk es bastante mejor que el de la serie del grupo televisivo. Aquí lo que sucede es un asesinato en un crucero por el triángulo de las Bermudas y entre las pistas se encuentran cosas en contra del asesinato de Hulk, eso es todo.
Por lo demás es una continuación exacta de la serie que pasa totalmente de largo todo lo que conlleva este evento, lo bueno de ello es que a quien le guste la serie podrá seguir disfrutando de ella sin necesidad de leer nada más. En resumen, el final nos trae una divertida batalla contra el Jinete Fantasma y el desenlace de los noviazgos de la protagonista. Se puede observar en el trabajo de los autores un intento de imitar el trabajo que Matt Fraction y David Aja hicieran en su premiada serie de Ojo de Halcón sin llegar a sus cotas de calidad pero con un resultado decente.
MASACRE, por Gerry Duggan y Mike Hawthorne, números 14 al 18: Gerry Duggan hace su cruce de Masacre con la segunda guerra civil superheroica en la serie de Imposibles Vengadores como hemos visto, lo que aquí tenemos es una clara continuación de la serie de Wade Wilson que toma como referencia algunas cosas sucedidas en este evento para ponerle el rótulo de la Civil War II durante ni más ni menos que cinco números pero que contar cuenta bastante poco sobre el mismo.
Y ya nos lo advierten en la introducción del último número cuando dicen que “era una manera de aumentar ventas”, de la Civil War claro porque a Masacre le va muy bien. Lo cierto es que Duggan y Mike Hawthorne siguen haciendo un buen trabajo con el personaje, lo más que se puede decir de este cruce es que si te gusta la serie te gustará y no, no se necesita el evento principal para entender nada. Si no te interesa siempre puedes leer el resumen de arriba y pasar de ella, seguir a tu rollo con el amigo Wade y su grupo de mercenarios (del que ya hay colección propia) y simular que no ves esa parte donde pone Civil War II en la portada.
Pero este evento no solo afecta a los Vengadores y su gente, toca ahora ver como se ha desarrollado este evento en otros grupos y personajes de la editorial que han tomado partido.
AGENTES DE SHIELD, por Marc Guggenheim, Ario Anindito y German Peralta, números 7 al 10: La versión en papel de los héroes Marvel de la televisión no acaba de arrancar, ni Mark Waid lo consiguió ni lo hace ahora Marc Guggenheim en este cruce con la Civil War II. Coulson no tiene ni la mitad de carisma de la que el actor Clark Gregg le consigue imbuir tanto en la serie como en las películas, ya la propia serie de televisión está para muchos de capa caída desde hace tiempo, aunque el nuevo Ghost Rider anime un poco el cotarro, pero este injustificado grupo en el cómic solo sobrevive a partir de meterse en tramas de otros o llevarse de misión a secundarios de lujo.
Lo que sí hacen los autores, Guggenheim con Germán Peralta al dibujo, es introducirlos de lleno en la nueva guerra civil haciendo que escojan bando. Está claro que el bando de SHIELD es el de la Capitana Marvel, así se lo dice María Hill al propio Coulson (por mucho que pretendan ser neutrales) y por ello les manda a detener a Iron Man pero tras una pequeña batalla Coulson lo deja ir, más o menos, y así lo interpreta la directora Hill que lo despide de la organización. La trama se divide en dos, por un lado Coulson haciendo su trabajo en solitario al más puro estilo de Nick Furia y por otro el sinsentido de poner a Elektra como nueva jefa del equipo, que una cosa es que actúe de agente de campo y otra ponerla al nivel de Coulson.
Lo que se ve en esta Civil War II es una subtrama cuyo eje es SHIELD, su liderazgo y los movimientos que hace, que se puede seguir en esta colección, en la de los Nuevos Vengadores de Roberto Da Costa y en la parte de Eligiendo Bando dedicada a Nick Furia Jr.. Pero lo que viene siendo meterse en la saga poco, es algo más bien tangencial en tanto que se nombra a Ulysses y se habla de los bandos pero no sucede nada importante para esa trama.
FUERZA-V, por Kelly Thomson y Paulo Siquiera, números 8 al 10: La serie del grupo de poderosas mujeres fue presentada en el anterior evento, Secret Wars, dando lugar a un muy buen primer volumen y es otro evento, esta Civil War II, el que pone punto final a su segundo volumen, pero tranquilos que Marvel ya ha anunciado un tercero.
Los tres últimos números de la colección están totalmente insertados en el marco del evento, aunque se deja leer de forma independiente, empezamos con que uno de sus principales miembros queda gravemente herida tras el número 0 de la segunda guerra civil, Hulka, otra, Medusa, es la reina de los inhumanos, por tanto de Ulysses, y otra, la Capitana Marvel, es el máximo exponente del bando a favor de usar los poderes predictivos del ya famoso inhumano con lo que el trabajo de Kelly Thomson y Paulo Siquiera es insertar todo esto en la colección y ver las opiniones del resto de miembros que en principio no dan muchos problemas hasta que una predicción de Ulysses dice que Nico Minoru va a matar a una chica.
El trabajo de los autores es estupendo haciendo que todas sigan siendo importantes pero poniendo a la antigua runnaway como centro total de la historia. Se ve aquí una intención muy similar a la que hay en otros cruces como el de Spider-Man en lo que viene siendo la tónica general de esta saga, a saber, el que si al intentar evitar ese futuro lo estamos provocando. Aquí se añade la idea de si puede ser ese asesinato en realidad una maniobra para salvar vidas, es decir, el hecho de que si no tenemos toda la información es difícil saber si se está haciendo bien o mal, Carol Danvers decide detenerla pero Nico se niega y en su huida, Nico acaba en el pueblo en el que reside la supuesta victima que en realidad es una persona con poderes y problemas. Se agradece también que traigan de vuelta a Elsa Bloodstone.
Un buen fin para una buena serie que acaba con una última reflexión, Nico mata a la chica pero con ello,además de curar a todos, la chica resucita bajo una nueva forma demostrando así que actuar de forma preventiva con las visiones puede ser negativo. ¿El mejor cruce? Puede ser.
THE ULTIMATES, por Al Ewing, Kenneth Rocafort y Christian Ward, números 7 al 12: La incursión de estos nuevos Ultimates dentro de la Civil War 2 se produce un poco antes de comenzar el evento con un primer número de “camino a…” en el que se muestra la razón por la que Thanos ataca el proyecto PEGASO que están tratando de fabricar un cubo cósmico y el villano lo quiere. Por tanto, lo que cuentan es el primer gran ataque (o defensa) gracias a las visiones de Ulysses que conlleva una importante baja.
Al Ewing y Kenneth Rocafort cambian momentáneamente el rumbo de la serie, se vuelve más personal, los sentimientos de Carol Danvers tras la muerte de Máquina de Guerra son el centro de todo durante dos números dejando ese cariz de salvadores del multiverso (que recordaba a lo que hacían los 4F en sus buenos momentos).
En el número 9 vuelve al tono de antes y el cruce con la Civil War parece que se va a volver más bien tangencial como pasa con muchas series, pero esto solo ocurre durante un mes, es como un descanso, en el siguiente ya vamos viendo lo que el equipo opina de las acciones de la Capitana Marvel con respecto a Ulysses. La brecha la abre Miss América Chávez que se alza contra el resto, pero su pelea se ve interrumpida por Thanos que se libera de sus ataduras. A parte de continuar con el grupo al mismo nivel que hacían en anteriores historias los autores logran cruzarse con el evento dando un buen resultado.
ESCUADRÓN SUPREMO, por James Robinson, Leonard Kirk y ACO, números 9 al 12: Los números del Escuadrón Supremo dedicados a Civil War II recurren a otra visión de Ulysses para hacer avanzar su propia trama. Los enemigos del Escuadrón Supremo le sonsacan al inhumano qué deben hacer para conquistar el mundo, así que Halcón Nocturno, Hyperion y compañía deben hacerles frente antes de que puedan cumplir su plan.
Algunos héroes aparecen para intercambiar puñetazos con los miembros del Escuadrón, pero su aparición poco tiene que ver con el evento. James Robinson ignora por completo los acontecimientos del evento en cuanto tiene la ocasión. Eso se agradece porque la serie termina unos números después y el escritor necesita cerrar todas las subtramas posibles. Por ese motivo el ritmo narrativo de la serie se acelera considerablemente en comparación a anteriores números. Teniendo en cuenta lo agonizantemente lenta que podía ser la serie, es una clara mejoría.
El primer número del cruce devuelve la esperanza en una serie que parecía haber perdido el rumbo. Robinson se centra únicamente en la trama principal, que por fin empieza a despegar después de un segundo arco argumental excesivamente alargado y desorientado. El dibujo de ACO es precioso. Sin embargo, en los siguiente números, vuelve Leonard Kirk, a quien se le nota falto de energías, probablemente porque está dibujando la serie Captain Canuck al mismo tiempo. Robinson también pierde algo de energías, porque los números siguientes no llegan a transmitir el mismo entusiasmo que el primero. Están escritos correctamente, como es de esperar de un profesional como Robinson, pero les falta chispa, algo que los desmarque de un cómic rutinario cualquiera. El último volumen del Escuadrón Supremo termina como una de las mayores decepciones de All-New All-Different Marvel.
MS. MARVEL, por G. Willow Wilson, Adrian Alphona y Takeshi Miyazawa, números 7 al 11: G. Willow Wilson con Takeshi Miyazawa y Adrian Alphona continúan narrando la vida de esta pequeña gran nueva heroína que nos tiene a muchos encantados y utiliza el evento para hacer que evolucione un poquito más, que crezca como persona, porque a eso asistimos en esta colección, al crecimiento de una niña que adora a los superhéroes para convertirse en una de ellos que piensa por sí misma y se lleva desilusiones con un mundo que tiene idealizado. Por eso la Civil War II es un evento que le afecta mucho, puede que a largo plazo le afecte incluso más que a los principales enfrentados en esta saga.
La idea es muy similar a la que vamos encontrando en otras colecciones solo que brillantemente escrita e ilustrada, se trata de que Ms. Marvel sea llamada por la Capitana Marvel para que colabore con otros cadetes en parar pequeñas trifulcas que Ulysses había previsto hasta que en una de ellas se encuentra con que tiene que detener a uno de sus amigos. Todo ello desemboca en una situación en la que Kamala comienza a cuestionar todo, los héroes que admira, los grupos e incluso ella misma.
Deja a su adorada Capitana Marvel para irse al bando de Iron Man, pero la decepción cala hondo en ella y eso genera que deje de ser una Vengadora para formar un nuevo grupo Los Campeones. Aquí no solo está el germen de todo ello sino que hay una racionalización del camino que los nuevos héroes de Marvel toman ya que Ms. Marvel es su voz más importante. El evento dura en la serie bastantes números pero quizás sea de las colecciones que mejor aprovechan la situación.
LOBEZNA, por Tom Taylor, Marcio Takara e Ig Guara, números 8 al 12: Una de las series favoritas de la redacción de Zona Negativa sobrevive su primer cruce con un evento. En números anteriores, Laura Kinney conoce al viejo Logan del futuro. Ahora, una visión de Ulysses hará que los dos unan fuerzas para enfrentarse al Capitán América… suponiendo que no se maten el uno al otro primero.
Tom Taylor encuentra una buena excusa para enlazar el argumento de Civil War II con la trama de Gabby, la adorable clon de Lobezno. A nivel de guión, sin necesidad de reinventar la polvora, este es uno de los mejores cómics que ha dado el evento. Mantiene en vilo a los lectores en todo momento y regala momentos impagables como el de los ladrones en el número 10. Sin embargo, a los nuevos lectores puede que no les guste tanto la historia. Puede resultar difícil sentir empatía hacia el personaje de Gabby si no se ha estado leyendo la serie desde el primer número. Taylor lo entiende, eso sí, y se esfuerza en hacer que Gabby caiga bien a esos lectores en pocas páginas.
Desgraciadamente, el buen trabajo de Taylor no se ve recompensado con un dibujo a la altura. A menos que los plazos de entrega fueran muy duros, a Ig Guara solo se le puede describir como una desafortunada elección. Después de David Lopez y Marcio Takara, los dibujos de Guara suponen un bajón de calidad tremendo. Y para colmo de males, cada número tiene un entintador y un colorista diferente, garantizando un aspecto visual altamente inconsistente. Por este motivo, resulta difícil recomendar estos cómics a cualquier que no sea un lector habitual de la serie.
HELLCAT, por Kate Leth y Brittney Williams, número 8: Lo primero que hay que tener claro es que para que te guste este cruce te tiene que gustar la serie ya que no es más que un número que continúa la historia normal de Patsy Walker solo que se ve afectada por algo que sucede en el número cero de la serie. Además de morir Máquina de Guerra, en esa batalla contra Thanos, Jennifer Walters, la heroína conocida como Hulka (o Hulk de ahora en adelante) queda gravemente herida, está en coma en la base de la Capitana Marvel (Alpha Flight), bando al que ella pertenece.
Dado que Jennifer es una amiga de Patsy y hace de secundaria, bastante importante por cierto, dentro de la serie de la Gata Infernal lo normal es que se dedique un número, el octavo, como tributo a la heroina. Así Kate Leth y Brittney L. Williams narran como Patsy presiente que algo le ha pasado a su amiga, se entera gracias a Ms. América y va a visitarla. Poco más nos dice este prescindible número que apela a los sentimientos sin ofrecer nada más. Lo bueno es que a los seguidores de la serie no les hará falta hacerse con ningún contenido extra para continuar su historia.
POWER MAN Y PUÑO DE HIERRO, por David F. Walker, Flaviano Armentaro y Sanford Greene, números 6 al 9: El cruce de Power Man & Iron Fist cuestiona la validez de los métodos de la Capitana Marvel. Un grupo de justicieros clandestinos está persiguiendo a toda clase de personas inocentes pero que consideran peligrosas. Por su culpa Puño de Hierro termina en prisión. Mientras él intenta sobrevivir como puede, Luke Cage busca desesperadamente una solución.
Después de la divertida historia con la que empezaron la serie, David Walker y Sanford Greene ofrecen algo mucho más serio, pero sin dejar de lado su sentido del humor. El resultado es un arco argumental intenso y emocionante que confirma a la serie como una de las más tristes cancelaciones en los últimos años. Los autores tratan temas de rabiosa actualidad sin convertir el cómic en el equivalente a una discusión en Twitter y sin que la política fagocite su historia. No solo usan el evento para criticar la infame práctica del profiling en América, sino también para continuar tramas abiertas y enfrentar a los protagonistas a un desafío emocional genialmente conseguido.
Desafortunadamente cada número está dibujado por Greene y otro dibujante, Flaviano. Es fácil distinguir sus estilos de dibujo, y eso puede molestar a quienes busquen un apartado visual consistente. El colorista John Rauch homogeneiza un poco a ambos para que no sea tan perceptibles las diferencias, pero sus colores favorecen más al estilo de Flaviano que de Green. Sin embargo, eso no quita que este es uno de los mejores cruces de todo el evento. No es uno esencial para entenderlo, sino más bien uno recomendable por méritos propios. Pocos cómics pueden presumir de eso.
La pelea entre los héroes Marvel esta vez a alcanzado las estrellas y unos pocos de nuestros héroes más interplanetarios han venido a escoger su bando. Aquí dejamos nuestras impresiones.
Así que lo mejor de este evento es que los guardianes se quedan varados en la Tierra ¿por qué eso es interesante? ¡No!, porque significa que solo queda un arco argumental para que Bendis abandone la colección.
MAPACHE COHETE Y GROOT, por Nick Kocher y Michael Walsh, números 8 al 10: Sin Skottie Young al frente la serie de Mapache Cohete y Groot perdió algunos puntos, principalmente su frescura aunque eso era cuestión de tiempo, ahora se ha convertido en algo que tiene sus gracias pero limitando el nivel fantástico. Evidentemente en este tipo de series contar con un escenario como el de la Civil War II, aferrándose a la Tierra acota bastante lo que se puede hacer con dos personajes como estos y Nick Kosher con el dibujante Michael Walsh cumplen justitos.
Lo que sí se puede decir es que están bien enmarcados dentro del contexto del evento: la Capitana Marvel se dedica a formar grupos con los que se han ido a su bando para ir a por amenazas que ha predicho el inhumano Ulysses que no sean tan grandes como para necesitar a todos los héroes, pero hay que ir a la serie de los Guardianes de la Galaxia para ver como Carol llama a su antiguo grupo. Los dos protagonistas de cómic son enviados a una misión donde se encuentran nada más y nada menos que con Gwenpool, lo que convierte a la historia en una continua sucesión de chistes.
En definitiva los números pertenecientes a la Civil War II se acaban por convertir en un esquema clásico de lucha entre héroes para pasar a unirse contra el mal de turno, que no es nada del otro mundo, en una serie de viñetas donde el estilo “Masacre”, copiado para la ocasión con el personaje de Masacre-Gwen, se come al resto de gracietas típicas de los dos héroes galácticos.
NOVA, por Sean Ryan y R.B. Silva, números 8 y 9: De todos los héroes adolescentes en la actualidad, Nova es un caso singular. Marvel lo considera un personaje esencial, de ahí su participación en All-New All-Different Avengers y Champions; pero no tiene tanto éxito entre los lectores como Spider-Man o Ms. Marvel. Sean Ryan juega con eso, mostrando el poco reconocimiento del que Sam Alexander goza en la comunidad de superhéroes. Poco a poco el guionista ha estado presionando al protagonista de la serie, y usando los acontecimientos de Civil War II continúa poniéndolo a prueba. Ryan no pasará a la historia por sus guiones, pero hay que reconocer que ha acertado en su acercamiento al evento. Destaca también la aparición de cierto personaje de culto caído en el olvido que imparte una dura lección a Nova.
Sin embargo, nada de eso esconde que, al final, lo que Ryan está haciendo ya se ha visto mil veces antes. Hundir y luego insuflar nueva vida al superhéroe de turno es un tópico bastante antiguo, y Ryan no sobresale mucho en eso. Cuesta preocuparse por un protagonista del que está claro desde el principio que encontrará nuevas fuerzas para continuar como superhéroe pase lo que pase. Eso sí, el guión presenta claros signos de mejoría respecto al primer arco argumental de la serie. De haber permanecido unos números más en la serie, Ryan podría haber ofrecido alguna historia meritoria. Respecto al dibujo de RB Silva se puede decir lo mismo: sin ser malo, tampoco sobresale, en parte por el sombrío coloreado de Andres Mossa, que no es lo que necesitan sus lápices. En conclusión, el cruce de Nova con Civil War II termina siendo mejor de lo esperado, pero solo recomendable para fans del personaje, quienes probablemente son los únicos lectores interesados en la serie.
VENENO: CABALLERO DEL ESPACIO, por Robbie Thomson y Gerardo Sandoval, números 11 y 12: En el último arco argumental de Venom: Space Knight, Flash Thompson debe encontrar a Mania, un personaje del anterior volumen. Veneno se ha corrompido, Flash está perdiendo el control y solo Mania puede solucionar ese problema. Así pues, el protagonista de la serie regresa a la Tierra después de una larga temporada fuera. Ahí le espera Spider-Man, dispuesto a ayudarle a contener al traje mientras busca a Mania. De alguna forma había que justificar que este es un tie-in.
Los dos números que comprenden el cruce con Civil War II sigue la misma tónica que el resto de la serie. Robbie Thompson escribe al mejor Flash en mucho tiempo, lo reconoce como el héroe que es. Pero eso no consigue que sus guiones dejen de ser mediocres en general. El argumento de esta historia en concreto resulta poco interesante. Ya han habido otras historias sobre Veneno desobedeciendo a su huésped y comportándose más inestable que de costumbre. Thompson no sabe aportar nada nuevo más allá de un conflicto interno aburrido y unos personajes secundarios que tratan desesperadamente de ser “especiales”, “raros” y “molones”. No consigue salvar el guión el dibujo de Gerardo Sandoval, quien sufre sobremanera dibujando algo que no sean escenas de acción excesivamente recargadas. Ojalá la nueva serie de Veneno sea mejor.
Spider-Man y otros miembros del clan araña también se han visto afectados por el conflicto en varias de sus colecciones. A continuación encontraréis qué nos ha parecido.
La serie es un constante ir y venir de moralinas que nuestro amistoso vecino intenta inculcar al nuevo inhumano, lo que sí deja es un pequeño debate muy usado pero interesante: la duda sobre si al intentar cambiar el futuro que él ha visto no estamos nosotros mismos provocándolo. El tema es que un ex-villano que ahora trabaja en Industrias Parker parece que va a recaer, no está del todo claro hasta el final en el que efectivamente acaba en el bando de los malos en parte por la falta de confianza que los buenos han tenido hacia él. Esto a su vez hace que Peter escoja bando, el de la Capitana Marvel, para él esta opción es bastante natural teniendo en cuenta que lo que le hizo convertirse en un héroe fue precisamente no actuar contra un ladrón que acabó por matar a su tío, para ello no hacía falta una serie limitada de cuatro números.
La serie podría haber sido más interesante si se hubiera dedicado más tiempo a jugar con el concepto del bien y el mal en el villano Clash o si las historias para enseñar a Ullyses hubiesen sido más entretenidas y con más migas, así que al final nos quedamos con una serie de paso que entretiene lo justo para no suspender.
SPIDERMAN, por Brian Michael Bendis y Nico Leon, números 6 al 10: Miles Morales es uno de los personajes que se ven más afectados por los sucesos de Civil War II. Para la segunda mitad del evento, es el catalizador que lleva a la lucha final entre la Capitana Marvel y Iron Man. Esa división se aplica de manera similar a los cinco números con los que su serie regular se cruza con el conflicto. En primera instancia, Brian Michael Bendis y Nico Leon ofrecen un desarrollo natural de todo cuanto venía aconteciendo al joven arácnido. El guionista se centra el conflicto familiar, incluso cuando empieza a introducir los elementos de la guerra, que trata desde una perspectiva terrena y apegada a lo que la colección ha sido hasta el momento.
Probablemente esos cuatro primeros números junto a Nico Leon sean lo mejor que ha hecho Bendis en este nuevo volumen, usando a personajes con los que se siente ampliamente cómodo para no solo ofrecer un acercamiento humano al conflicto, sino también dar perspectiva y a la vez avanzar sus propias historias. Es un buen ejercicio de cómo hacer estos cruces, y no se puede destacar lo suficiente la capacidad de Nico León para hacer buena acción, buena comedia y expresiones faciales sencillamente acojonantes. El quinto y último número del tie-in tiene las mismas cualidades por parte de los miembros del equipo creativo, aunque peca de ser un remake de la lucha final de Civil War II. Se entiende este acercamiento para quien no desee hacerse con el evento pero sí siga la serie, aunque la calidad se ve reducida varios enteros. Aun así, Spider-Man sale muy bien parada del cruce con la Guerra Civil y se ve potenciada de cara al futuro.
SPIDER-WOMAN, por Dennis Hopeless, Javier Rodriguez y Veronica Fish, números 9 al 11: Jessica Drew y sus dos sidekicks –Puercoespín y Ben Urich– reciben un peculiar encargo. La Capitana Marvel necesita que comprueben hasta que punto son fiables las predicciones de Ulysses. Reticente, la heroína acepta sin saber las consecuencias que puede tener su investigación. Eso sí, antes toca cazar Wendigos en Canada.
Los autores usan la premisa de Civil War II para hacer lo que han estado haciendo desde que comenzó Spider-Woman: cómics divertidos y creativos. Llevan a la heroína de viaje por todo el universo Marvel, dando lugar a escenas memorables y pequeños momentos que recuerdan por qué esta es una de las mejores series de Marvel. Y luego, un pequeño número trágico y duro que golpea al lector como pocos en un ejemplo de cómo crear conflictos personales sin caer en clichés. En manos de Hopeless, los personajes y sus preocupaciones se sienten tan cercanos que hasta los lectores que solo estén interesados en Civil War II querrán continuar la serie. Las escenas de acción son espectaculares, pero está claro que no son el núcleo central de la serie.
Sin embargo, pese al meritorio trabajo de Hopeless, las estrellas de la función son Javier Rodriguez y Veronica Fish. Ambos se encuentran entre los mejores dibujantes en el mercado estadounidense, y vaya si lo demuestran. Quien escribe estas líneas es incapaz de encontrar algún defecto en su dibujo. Su estilo es atractivo, saben narrar tanto escenas de acción como conversaciones cotidianas con una habilidad pasmosa, y entienden lo que les pide el guión en cada viñeta. Los colores vivos de Rachelle Rosenberg son perfectos para ellos.
Spider-Woman es un magnífico ejemplo de cómo integrar un evento en una serie. En vez de limitarse a cumplir una cuota de héroes contra héroes o pasar de largo, los autores se meten de lleno en el evento y salen victoriosos. El cruce de Spider-Woman sirve como complemento a la serie central sin sacrificar lo que la hace especial. Sin lugar a dudas, se trata de uno de los mejores tie-ins de Civil War II y una pequeña joya.
SPIDERMAN 2099, por Peter David y William Sliney, números 13 al 16: Otro cruce que poco tiene que ver con la serie central. En la serie de Peter David y Will Sliney, el Hombre Araña del futuro intenta arreglar la línea temporal, alterada por su culpa. Motivado por una predicción de Ulysses, Spider-Man termina junto a la Capitán América del año 2099 en un posible futuro en el cual el estado persigue a los superhéroes. Al ser un cruce con Civil War II, los encargados de perseguir a los superhéroes son las versiones 2099 de otros superhéroes.
Más allá de la curiosidad por ver qué nuevos y viejos personajes del universo 2099 aparecen, los guiones de David solo ofrecen una sucesión de peleas. Pero, pese a esa simpleza, la historia resulta entretenida y guarda un buen puñado de sorpresas. El siempre eficaz sentido del humor “made in” Peter David también está presente y sin él, la serie perdería mucho. Por otra parte, el dibujo de Will Sliney ha mejorado respecto a sus comienzos en la serie, pero aún le quedan cosas por pulir como las expresiones faciales o no ser tan estático a veces. Sobre el coloreado de Rachelle Rosenberg poco puede decirse: cumple con su cometido sin destacar en exceso. Sin embargo, el competente trabajo de los autores no termina de ocultar que esta historia aporta muy poco a la trama general de la serie o al evento en sí. Recomendado solo para los lectores de la serie.
Fuente: Zona Negativa